La primera escuela donde aprenden los niños y niñas es el hogar. Cuando un niño es querido, aceptado, escuchado y respetado, él va a aprender a escuchar y respetar, va a fortalecer su autoestima, va a tener mayores grados de seguridad para plantear sus puntos de vista y en general será una niña o niño afectivo y sin temores en la relación con quienes lo rodean.
Muchas veces no sabemos qué hacer para educar a nuestros hijos e hijas, cómo ponerles límites y enseñarles lo que deben aprender. En algunas ocasiones conversamos con ellos para explicarles las cosas, en otras ponemos normas claras que deben respetar, sin embargo, a veces nos sentimos sobrepasados y al excedernos terminamos pegándoles de manera reiterativa o gritándoles innecesariamente para que aprendan. Aunque nuestras intenciones sean buenas, y lo hagamos para educarlos, cuando les gritamos o pegamos de manera constante, los estamos maltratando; esto genera importantes daños y no permite a nuestros hijos e hijas vivir una vida libre de violencia física o psicológica.
El maltrato infantil en la familia se da cuando se daña física, psicológica o sexualmente a los niños, niñas y adolescentes menores de 18 años.
Existe MALTRATO FÍSICO si los padres o las personas que están al cuidado de una niña o niño, lo golpean, le dan cachetadas, palmadas, lo zamarrean o agreden físicamente de cualquier manera.
Existe MALTRATO PSICOLÓGICO en contra de un niño o niña cuando se le agrede verbalmente. Por ejemplo, si los padres o personas que cuidan de un niño o niña le gritan constantemente o le dicen insultos, como “tonto, feo, no sirves para nada o haces todo mal” o le hablan con groserías. Si el papá o la mamá se relaciona con su hijo o hija de esta manera, dañarán su autoestima y le enseñarán a tratar de este modo a sus futuros hijos.
En ocasiones dejamos a los niños al cuidado de otros adultos y ellos pueden maltratarlos. Por ello, es muy importante tener una relación de confianza y saber escuchar a nuestros hijos e hijas para que puedan contarnos cuando viven estas situaciones.
Colosenses 3:21 “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”
Tomado de: © Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF Autora: Lorena Valdebenito.
Proyecto Somos MVS, para una sana convivencia.
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